Un clásico de la historia de la publicidad. Cuando todo el mundo opina y decide… el resultado final puede ser un dromedario cuando lo que se pretendía era un galgo.
Un buen equipo suma y multiplica individualidades y llega a niveles sinérgicos sorprendentes, a veces.
“Probablemente alguien dijo que sería muy comercial dotar al animal de unas fundas para abrigar sus delgadas patas, y de este modo se podría ofrecer a los clientes un galgo más resistente al frío. Otro propuso dotarle de un depósito en el morro, para que pudiera intervenir en carreras largas sin repostar, lo cual a su vez dio lugar a la propuesta de situar un compartimiento, alojado bajo el cuerpo, para llevar otros accesorios, y colocarle un gorro para que el calor no bajara su rendimiento en verano, etcétera, etcétera. Y así salió el galgo, o la estrategia o el anuncio… o la nueva home, o la nueva web, la nueva marca, etc…”